Tener no es lo que tengas

Estalla la Tercera Guerra Mundial, Europa y todos los países primermundistas son los  más afectados por los estragos, destrucción, violencia y hambre. Sentimientos y  sensaciones que nuevas generaciones del viejo continente experimentan por primera  vez.  

Harold vive en Berlín la capital de Alemania, pero tropas rusas eliminaron sus antenas y  ahora vive sin internet, tiene que informarse a través de una vieja radio que necesita  pilas, perteneció a su abuelo y la encontró en el ático. En Rusia, Katinka no puede usar  su auto porque tropas alemanas destruyeron las arterias principales de Moscú, cada  noche debe transitar las calles a hurtadillas y robar alimento para poder sobrevivir las  gélidas noches. 

Viviendo así ya van más de tres meses y en su ser no ha existido jamás un vacío tan  grande. 

Con la adrenalina al máximo, después de haber perseguido a hurtadillas a su presa por  más de una hora, Luna está a solo un movimiento de capturarla, es un enorme capibara,  tan grande que Luna está segura de que si lo captura su familia tendrá alimento seguro  para dos días. Exhala el ultimo aliento, apunta, entrecierra sus ojos y la flecha da con  fulminante exactitud en el corazón del animal. Llena de orgullo y desbordando alegría  comienza su retorno a casa con el premio entre sus hombros, otra hora de caminata le  espera mientras tararea sus tonadas favoritas camino a casa. 

Llega justo a la hora de la cena, en ese preciso instante su hijo Zaid está trepando un árbol de cerezo criollo, desde ahí puede observar la selva amazónica y el esplendor del  rio Pastaza. Escala con energía hasta lo más alto en busca de señal porque su programa  radial está a punto de empezar, seguro que hoy el ‘DJ’ no hablará durante su canción  favorita y podrá disfrutarla completa. Mira a su madre Luna, será un gran festín con  música de fondo. 

Viviendo así ya van más de treinta años y en su ser no habido jamás felicidad más  completa. 

Autor: Christian Marcial.

Concurso de Escritura Creativa 2024.