
AMBATO: DÉJAME SOÑAR
7 de Mayo, 2025
Tiempo de lectura: 5 minutos
7 de Mayo, 2025
Tiempo de lectura: 5 minutos
Ninguna de las opiniones presentadas pretende esquivar al debate. Al contrario, con las siguientes pretendo plantear las preguntas necesarias para abrir uno.
….
Siento que hay algo en el aire. Algo se mueve en Ambato, y eso, emociona.
..
El slogan local de «Tierra de emprendedores» a veces, puede parecer un arma de doble filo. Por un lado, la provincia en sí es una de las más productivas del país. Tomando como ejemplo el agro, según Diario Primicias: Tungurahua es la despensa nacional, aportando el 65% de la producción agrícola ecuatoriana. Esto por las ricas condiciones naturales de nuestros suelos, pero también por el esfuerzo diario de una cadena de personas cuya principal similitud es la constancia que ponen en sus actividades varias. Algo por lo que vale la pena sentir orgullo.
.
Sin embargo, mientras los ambateños hemos inflado el pecho por sabernos trabajadores y creadores de industrias de envergadura nacional, nuestros teatros se han cuarteado, nuestra tinta ha secado y nuestras voces han envejecido opacadas por el bullicio de los autos. Alguna vez un profesor me dijo: Es bueno trabajar duro, pero como todo en la vida, en el trabajo tampoco cabe el abuso. Porque el que mucho trabaja, poco piensa, poco lee, poco escucha y así…
.
Así, hemos logrado proyectar esa cara de «tierra de emprendedores» a costa de nuestra vida cultural que ha decrecido en desproporción al desarrollo industrial de la ciudad.
.
Al menos esa ha sido la sensación a lo largo de mis 25 años. He visto con mis propios ojos el polvo caer sobre los escenarios y las cuerdas de los pianos que nunca volvieron a sonar en medio de una ciudad cada vez más gris.
.
Pero como dije, hay algo en el aire…
..
Una nueva sensación de que, en lo artístico, las cosas han empezado a suceder (¿o tal vez nunca dejaron de?).
…
En los cuatro meses que lleva el presente año los carteles de festivales musicales han aparecido casi a semana seguida. Propuestas nuevas como Sickers, Gawk, Ita en la Pared y demás portaestandartes de lo que llamo el «Guaytam.sound» los han integrado.
Las obras de teatro han vuelto a llamar la atención de un público que empieza a reclamar la restauración de sus teatros abandonados (Teatro La Merced, Teatro Ambato y Teatro del Liceo Cevallos por poner algunos ejemplos).
En el cine, Cristian Tituaña estrenó en marzo el documental: Sapikuna, desde la raíz. En el que retrata vida y saberes ancestrales del pueblo Chibuleo.
De a poco cada una de las expresiones artísticas se ha ido estimulando respondiendo quizás a la incertidumbre política y la violencia instaurada a nivel nacional por el narco.
En este punto me pregunto si esta regeneración de espacios artísticos solo está sucediendo en nuestra ciudad ¿O acaso el Ecuador entero busca en el arte refugio ante la crisis nacional?
……
Y volviendo al arte: si cabe buscar responsables, sin duda alguna hay que reconocer los valerosos esfuerzos de cada uno de los actores, autores y demás gestores que no solo consumen sus horas creando, sino que también tienen la valentía de exponer su forma de ver el mundo. Buscando espacios que pocas veces les son otorgados por las instituciones públicas, gubernamentales o políticas; para los que apoyar al arte podría ser algo así como pegarse un tiro en el pie.
.
He podido ver y, hasta cierto punto, he vivido en carne propia los avatares de la autogestión artística, que es en sí, otro arte. Mucho más técnico, repleto de cálculos, luces y cables, pero indispensable para poder preguntarnos hoy: ¿acaso existe una escena ambateña?
.
Contradiciendo lo que yo mismo he dicho en este texto, es el sector privado el que muchas veces ha levantado la mano para apoyar al arte y a los artistas de la ciudad. Emprendimientos, organizaciones y ONGs no gubernamentales auspician (a veces fomentados por leyes como la del 150% y otras veces, por puro amor al arte) exposiciones, proyectos y obras de desarrollo cultural en Ambato.
.
Los factores pueden ser varios, al igual que los hechos que deparan al futuro. Yo vuelvo a creer (quizás pecando de optimista) que hay algo que se cuece a fuego lento en este pedazo de los Andes. Mi anhelo respira el aire del mañana, en el que los esfuerzos de los artistas ambateños sigan dando frutos y florezcan más expresiones. En un futuro en el que se nos borre la idea de que en el Ecuador no se puede vivir del arte, y en el que el arte no solo sea refugio momentáneo, sino brújula de la identidad nacional; en el que las pequeñas escenas (al fin) se conviertan en una gran industria.
.
Déjenme soñar un poco…
.
Por: Iván Marchán – La Última Escena